Ayer tuve mis nuevas gafas listas para usar, y cuando me las puse, era como si el mundo fuera totalmente nuevo para mí, descubría la gran cantidad de cosas que em había estdo perdiendo, pero me di cuenta de que al verlo todo todo todo, también ves la fealdad en cosas que te parecen bellas si no reparas mucho en los detalles.
Darme cuenta fue la metáfora de algo de lo que me doy cuenta de la sociedad actual. No sabemos perdonar, no sabemos obviar la realidad que nos duele y no sabemos cargar con la culpa.
El que tiene la culpa rara vez pide perdón sinceramente, lo normal es que alegue cualquier excusa, o culpe a su vez a otra persona o a las circunstancias. Además, no basta con decir fue culpa mía, creo que hay que dar un paso más y pedir perdón por el daño causado. Todos somos humanos cometemos errores, pero no podemos excusarnos en ello. Hacemos daño y nos lo hacen, y debemos evitar hacerlo porque hacer daño nunca trajo nada bueno consigo si acaso un engañoso bienestar muy vacío. Pedir perdón es una forma de decir, lo siento el dolor que te he causado no lo merecías.
Pero nosotros; si hemos sido causantes del daño, deberíamos ayudar a recomponer lo destruidos, a ayudar aportando algo positivo a lo negativo que hemos hecho.
Sé que esto es demasiado laborioso, y costoso como para que la gente lo lleve a cabo, pero hay una forma sencilla de que fuera más simple. Vencer el miedo a la vergüenza demostrando que los demás son compasivos.
Hay que ser compasivo y entender a la persona que comete un error, entender sus motivaciones y sus miedos e incluso sus circunstancias sin que por ello se sea blando o idiota.
Hay que ser equilibrado y no aprovecharse de la dignidad del que es inocente de algo, porque todos hacemos cosas malas hayamos querido o pertendido hacer mal o no.
Por eso hay que ver las cosas con las gafas adecuadas, esto es, desde el prisma correcto que corrija la visión que tenemos. Unas gafas de lejos, pra ver más pequeños los errores que la gente que nos quiere comete, y unas gafas de cerca para mirarnos a nosotros mismos y nuestras actuaciones y analizar si nos comportamos siempre como quisiéramos o deberíamos.
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2 comentarios:
Pues no puedo sino estar deacuerdo con lo que dices, pero hay un factor que no está en tu ecuación y que es importante, la otra persona, la dañada, la ofendida. Ésa persona a menudo no te da la oportunidad ni de que des explicaciones ni de que pidas perdón sinceramente, sencillamente no te escucha.
En cualquier caso, yo ya me conformaría con que la gente usase las mismas gafas tanto para verse uno mismo como para ver a los demás.
Bueno, yo parto de que si tu estás bien contigo mismo, que le den al resto del mundo. Siempre puedes hacer llegar tu mensaje de algún modo aunque la otra persona no te quiera escuchar.
Efectivamente, ojalá la gente se preocupase más en sus cosas que en la de los demás, deben de tener unas vidas algo tristes...
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