viernes, 6 de junio de 2008

cariño, hacia dónde va lo nuestro?

Os dejo, aquí éste artículo, sin hipervínculo ni nada, para que lo leais. No voy a entrar en el icono que ha creado este hombre, siguiendo para mí la estela de House. No entremos en polémica, reconozcamos cuando alguien escribe o hace algo bueno y no nos fijemos en la persona en sí, pues todos tenemos múltiples defectos.
Sólo digo que asiduamente le leeré, como hago con lso artículos de Reverte y de algunos más.

os dejo el texto íntegro de uno romántico pero os invito a leer otros como "el no ya lo tienes "

30 de Mayo de 2008 Risto Mejide

Se acaba una relación. Se acaba una relación y te mueres de adiós. Se acaba una relación, te mueres de adiós, y entre tanto descalabro, acabas olvidando tu remolque de promesas rotas. Ese remolque que, impulsado por la pasión inicial y el romanticismo más optimista, jamás perdió la velocidad de crucero. Tú te paras, te apeas, provocas baja emocional, pero tarde o temprano ese remolque vendrá a por ti, atropellándote con toda su inercia, mala hostia y celeridad.
Y si en algún momento te falla la memoria, no te preocupes. Padres, suegros, hijos, amigos y familiares varios están ahí para darle un último impulso al remolque justo en el instante del impacto, y recordarte los planes que teníais, lo mucho que la querías, lo mucho que la quisiste, lo mucho que aún deberías estar queriéndola si de verdad fueses cumplidor y no este hatillo de decepciones en el que con los años te nos estás convirtiendo.
Las promesas. Las promesas duelen siempre a destiempo. Serían el equivalente a criar un tigre de Bengala. Sabes que al principio es monísimo, tierno, encantador, pero que algún día, sí o sí te arrancará un brazo, una pierna, o cualquier otra extremidad. Y así andamos, cada vez más cojos, más mancos o lo que es peor, con menos extremos que arrancar.
Llega un momento en el que ya no te crees nada de lo que te dices. Es cuando te das cuenta de que con los años, a toda promesa le ha salido un matiz. Te querré hasta fin de año, tendremos un hijo para cada uno, se llamarán como tu cartero y mi estilista, viviremos en casa de tus padres, cuando se mueran los dos.
Prometer es mentirle al destino. Prometer es perder por adelantado. Hipotecar lo inexorable. Prorratear lo inexpugnable. Autojoderse en diferido.
Aunque claro, parece que prometerse cosas acaba siendo necesario para avanzar. Con uno mismo y con los demás. Porque actúa como timón de las relaciones sentimentales: marca el rumbo a seguir, pero ni de coña te esperes que sople viento sobre las velas.
Pero es que si no prometes nada, tarde o temprano te enfrentarás a la pregunta a la que se enfrentan los que cometen la desfachatez de vivir al día, de disfrutar el momento, de habitar sola y únicamente en el presente. Cariño, hacia dónde va lo nuestro.
Yo cada día me siento más orgulloso de mis dudas. Las únicas que, con el tiempo, acaban siempre confirmándose. Las únicas que, con los años, jamás me van a traicionar.
Hoy, mientras la palabra nosotros se me escurre líquida entre los dedos, me voy dando de bruces con todas y cada una de mis incompetencias emocionales. No he sido capaz de hacerte feliz. No he sido capaz de estrecharte entre mis lazos. No he cumplido casi ninguna de mis promesas. No he respondido casi ninguno de tus porqués.
Y aún así, hay algo que quiero y puedo decirte.
Que pase lo que pase a partir de ahora, voy a quererte toda la vida. Te lo prometo.

5 comentarios:

El hombre perdido dijo...

Hola Raq.

Es inevitable que todo en la vida (incluyendo por desgracia las relaciones interpersonales) tienen altibajos. La promesa viene debida a que sin ella para muchas personas no hay compromiso o proyecto de futuro, aunque sea más una promesa que una realidad.

La gente no puede caminar sin un destino, por eso se marcan un destino (hay gente que camina sin destino, por eso no se pierden, porque no hay a dónde ir), ese destino es la promesa, pero no siempre se llega.

Las promesas son necesarias para mantener el ánimo.

Estoy divagando? Qué raro en mí ;)
Saludos.

Gandalf dijo...

Una promesa puede ser muchas cosas, puede no ser nada...

Para mi una promesa tiene un significado según el contenido de la misma y según la persona que la haga.

Hay personas cuyas promesas no valen nada, otras, cuyas promesas son sólo un indicio, otras cuyas promesas son una garantía.

A veces las promesas crean vínculos, sin necesidad de ponerse a prueba nunca, hacen su trabajo que es crear confianza y vinculos.

Pero no hay pocas satisfacciones como las de cumplir con una promesa.

Yo nunca he prometido amor eterno a nadie... de hecho prometo pocas cosas, pero nunca divagaría cínicamente sobre las promesas, el amor, la amistar, el cariño y otro pequeño puñado de cosas que me importan, pues me parece querer quitarle importancia a las pocas cosas que en ésta vida tienen sentido para mi.

Disfrutar del día a día es una cosa, insultar al futuro haciendo promesas que sabes que no vas a cumplir es otra muy diferente.

Gandalf dijo...

No he podido evitar darle alguna vuelta más a ése texto y creo que cuando una persona se vuelve lo suficientemente pragmatica como para mentir por creer que es en beneficio de todos o de un bien mayor... entonces se vuelve cínica.

Yo no quiero que me mientan, yo quiero saber la verdad quiero tener los ojos siempre bien abiertos, quiero.. la pastilla azul ;)

RaQ dijo...

hi hombre perdido,
Los altibajos, pueden ser normales, pero es cierto que hay gente que se desanima a la más mínima, y otra que espera a que pase la tormenta confiando en que de nuevo salga el sol.
Todos tenemos una vida y debemos decidir qué hacer con ella, lo que pasa es que el fluir del día a día nos impide a veces pensar en que hacer con ese tiempo, que acaba malgastado muchas veces en cosas que nos aportan poco o nada, y eso para mi es un problema. Perder innmerables atardeceres, amaneceres, sonrisas, abrazos. Siempre me pregunto qué habrá en los libros que no leo, en los museos que no he visitado, cómo sabrá el café en chile, o la comida en etiopía.

(ves?? yo también divago)

gandalf, es verdad que las promesas valen tanto como las personas que las hagan pues de ellas depende en gran medida aunque no siempre que se cumplan, pero al menos pondrán todo de su parte para hacr del sueño una realidad.
El cinismo, es estar por encima de todo, saber las cosas que tienenm valor y conformarse con dalre un precio, bien se cuantifique en dnero o en la nada.

Yo también quiero la pastilla azul, por eso a veces creo menos en las cosas, no proque no me importen sino porque las promesas, a veces son palabras que se llev el viento con un leve soplo, a la vuelta de una esquina. Somos futiles y dependemos de decisiones que a veces tomamos casi sin darns cuenta, me leeis porque un día decidí abrir este blog como pude haber decidido no haberlo hecho. Escribimos en el libro de nuestra vida, sin darnos cuenta de que no hay marcha atrás que no hay tippex ni goma de borrar que cambie el texto.

Y seguimos andando con el alma en borrador, sin pasar a limpio del todo, porque siempre hubo un día en el que cometiste aquel borrón, y sabes que en el fondo, nunca hubo cuenta nueva.
Prometer es querer envidar al futuro y encima llevando en la mano un farol.

Somos la nada contra el tiempo, que tiene a la eternidad de su lado. Prometo, intentar llenar las páginas del libro de mi vida, de la mejor forma posible , y ahora mismo sé que es una promesa que costará cumplir. Pero siempre me han gustado los imposibles. ;)

-ph- dijo...

...que hermoso escrito.... la verdad al leerlo me puso la piel de gallina....

Las promesas son lo ke nos animan y nos alientan para poder seguir adelante...